agua en vinoQue gran desafío nos planteó el señor el pasado domingo. En una rememoración y repaso al mensaje del aniversario de nuestro pastor Hugo Vega. El llamado de “Convertíos y yo os restaurare”, sonó una vez más en nuestros oídos.
La bueno de rememorar es que tenemos la posibilidad de mirar con más detalles algunos aspectos del mensaje y a través de un análisis más detallado darnos cuenta de que es lo que realmente Dios trato de decirnos..

El pasaje de Jeremias 15 nos nuestra a un individuo que en su momento la Palabra de Dios lleno su corazón de gozo y el nombre del Señor era invocado sobre él, es decir, era un creyente que no solo servía a Dios sino que vivía la necesaria intimidad con Dios. Pero hoy se siente lejos de Dios, y le pide que se acuerde de él y lo visite, en una clara alusión a una vida religiosamente cercana a Dios, pero efectivamente lejos de Él. Es a esta persona que ha perdido la intimidad con Dios el llamado a convertirse.

Este concepto es en sí complejo de entender y asimilar, pero el poder mirar el pasaje en que Jesús en las bodas de Cana de Galilea, convirtió el agua en vino, nos permite entender un poco mejor ese concepto. Convertir es transformar algo en otra cosa distinta, es decir que Dios al llamarnos a convertirnos, espera que nos transformemos en algo distinto a lo que somos, no es que quiera que mejoremos algunos aspectos y lo demás se dejen intactos.

El desea que cambiemos de agua en vino. De un líquido con determinadas características y usos a otro de características y usos totalmente distintos. Si miramos el agua es tan distinta al vino, no hay nada que podria llevarnos a pensar que se pase de agua a vino. Olor, sabor, apariencia, todo distinto. Así de profundos son los cambios que Dios espera en nosotros, en nuestra forma de pensar, actuar y vivir , porque tal como estamos no servimos al propósito de Dios para nosotros, nuestras familias, la Iglesia y todos cuantos nos rodean.

Dios quiere que ´pasemos de ser agua a vino, es decir que pasemos de ser lo que nosotros somos a lo que Él necesita que seamos y podríamos intuir acertadamente , que lo que el espera, no se parece a lo que hoy hay.

Un abrazo y bendiciones.

JGR

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