Estamos viviendo días complicados para las personas que tenemos valores morales y principios religiosos basados en la Biblia.
Con el pretexto de la aceptación de la diversidad y el pluralismo de pensamiento, dos conceptos muy bien manejados por quienes no piensan como nosotros, han logrado instalar en nuestra sociedad temáticas que años atrás ni siquiera eran nombradas.
La liberalidad sexual extrema que se tolera y acepta en nuestros jóvenes, donde lo no natural es tolerado y aceptado. El terminar con una vida inocente pareciera ya no ser un crimen atroz y violento. El valor del matrimonio, la familia y la propia vida, se diluyen entre discursos de llamados a la igualdad, el respeto a la diversidad y a la libre determinación. Entre esos discursos serios asoman algunos que usan este ambiente para caer simplemente en actos atroces, inmorales y degradantes.
Nosotros creemos que cada persona tiene un libre albedrio para decidir su forma de vida, pero como creyentes también creemos que nuestros principios morales y valóricos deben ser aceptados y oídos con el mismo respeto que los detractores exigen se les oiga a ellos.
No somos bichos raros en la sociedad, somos cristianos orgullosos de tener nuestros valores y principios. Nuestra forma de vida, aunque lejana a ser idealmente cristiana, es un constante y serio esfuerzo por apegarnos a las directrices de la Biblia. Si parte de la sociedad decide otra vía, tiene la libertad y el derecho, pero nosotros donde nos movemos debemos ser identificados, como cristianos. Hombres y mujeres identificados con Cristo su amor redentor en la cruz y los principios y valores morales y sociales que el maestro nos exige.
Hoy somos los atalayas del libro de Ezequiel, debemos hacer ver a quienes nos quieran oír, sin imponer, cuales son nuestros valores y principios y como si los viven el hombre vivirá días de paz y bendición. Cada uno decide su forma de vida, respetemos eso, pero dejemos a la vez en claro que nosotros orgullosamente nos identificamos con Cristo y su forma de vida.
Hermano que tiene hijos jóvenes, no pierdan la oportunidad de que sus hijos se rodeen con otros jóvenes que se identifican con Cristo. En el Seminario Identifícate de unos días más, Junto a otros jóvenes profundizaran su compromiso con los valores y principios cristianos.
Joven siéntete orgulloso de ser cristiano y de tener principios y valores acordes con eso. Cada día levanta el alto el estandarte de la cruz, pues entre tus amigos y conocidos te aseguro que más de alguno busca desesperado la serpiente de bronce para liberarse de la mordedura del mal.
No faltes al seminario de los jóvenes.
Un abrazo y bendiciones.
JGR
