Cheesy-Popcorn-01-510x340El consejo del domingo pasado fue que nos ocupáramos de nuestra salvación con temor y temblor, porque el Señor es el que produce en nosotros así el querer como el hacer.

Dios es el que produce así el querer como el hacer. Pareciera que todo depende de Dios y se validaría el famoso “no siento de parte de Dios”, pero no es así. Dios es el que produce, pero para producir se necesita materia prima, se necesitan elementos básicos que deben estar en nosotros, para que entonces Dios basado en ellos, produzca en nosotros el querer y el hacer.

Un buen ejemplo es la producción de palomitas de maíz o cabritas. Se necesitan unos cuantos granos de maíz, un poco de aceite y azúcar. Esos elementos por separado salvo el azúcar son inútiles como alimentos o como elemento de agrado por sí mismo, pero el tosco y duro maíz unido al aceite y el azúcar, puede transformarse en palomitas de maíz. De la misma manera, Dios quiere usar lo que hay en nosotros para producir algo que guste y satisfaga a quienes nos rodean. Dios quiere sorprenderlos a ellos produciendo en nosotros querer y hacer grandes desafíos y emprendimientos solidarios y de buena convivencia, pero necesita que nosotros tengamos en nosotros mismo un poco de maíz, aceite y azúcar.

El no produce el querer y el hacer desde la nada, necesita que nosotros tengamos en nosotros frutos de bondad, justicia y verdad, si los hay, aunque sean poquitos, aunque se vean insignificantes como unos granos de maíz, el podrá producir en nosotros algo que guste y bendiga a otros. No nos miremos en menos a nosotros mismos, tal vez no seamos creyentes destacados, o brillantes cristianos, o miembros de la elite cristiana. Tal vez solo tengamos unos granos de maíz duro y sin apariencia, pero el maestro de eso puede hacer algo que bendiga al mundo.

 

Ocupémonos de nuestra salvación con lo que tenemos y Dios producirá en nosotros así el querer como el hacer.

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