La-tumba-vaciaHan estado esperando ansiosas la llegada del alba, son la mujeres que desde Galilea han seguido a Jesús, estuvieron presentes cuando lo pusieron en la tumba hace unos días atrás y encarroñadas con su maestro, han preparado especies aromáticas, para ungir su cuerpo, como un tributo de su cariño y respeto al maestro.  Ellas han sido testigo de las enseñanzas de Jesus, han oído  sus parábolas, han quedado asombradas con  sus ejemplos de vida.  Ahora que le han dado muerte. Lo lloran, lo lamentan y desean honrarle.

Al llegar a la tumba la piedra que le cubre esta corrida y un ángel les habla, anunciándoles el más importante mensaje evangélico para la humanidad: “Jesus ha resucitado, Él está Vivo”.  Que magnífica noticia, seguramente los cielos cantan gloria esa mañana.

Ante el anuncio angelical, las mujeres que fueron a la tumba encariñadas con su maestro, se transforman en mujeres que:

  • Creen el anuncio del ángel.
  • Ante tal anuncio se llenan de gozo.
  • Corren a anunciar a los demás que Cristo ha resucitado.
  • Disfrutan de un encuentro intimo con su Señor

Muchos de nosotros como esas devotas mujeres vivimos un evangelio de encariñamiento, nos hemos encariñado con el Señor y su evangelio, las oraciones, los canticos y los demás actos religiosos que nos ligan a Dios. Para quienes así están, resuena la voz del ángel hoy día tan fuerte como en el huerto  de la tumba vacía.  “Jesus no está muerto, ha resucitado”.  Ante  tal anuncio la Iglesia debe:

  • Estar gozosa
  • Salir a anunciar a otros que Cristo vive.
  • Mientras anuncia, disfrutar de la presencia del Espíritu Santo

 

Seamos parte de esa Iglesia que tiene un Cristo resucitado, mostrémoslo a través de nuestras obras y actitudes.

 

Un abrazo y bendiciones.

 

JGR

 

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