1° Corintios 13:1-3
“Si yo hablase lenguas humanas y angélicas, y no tengo amor, vengo a ser como metal que resuena, o címbalo que retiñe. Y si tuviese profecía, y entendiese todos los misterios y toda ciencia, y si tuviese toda la fe, de tal manera que trasladase los montes, y no tengo amor, nada soy.
Y si repartiese todos mis bienes para dar de comer a los pobres, y si entregase mi cuerpo para ser quemado, y no tengo amor, de nada me sirve.”
Amor:- Sentimiento de vivo afecto hacia una persona a la que se le desea todo lo bueno.
En estos versículos, Dios nos quiere enseñar lo que significa tener amor verdadero. El primero en demostrar este amor verdadero fue nuestro Señor Jesús cuando murió en la cruz por nosotros. Como seguidores de Cristo debemos tener claro que:
1.- De nada sirve tener todos los dones espirituales que como cristianos anhelamos, sino tenemos el amor auténtico en nuestros corazones.
2.- Aunque tengamos una fe tan impresionante capaz de hacer milagros, esta fe no sirve de nada sin amor.
3.- De nada sirve hacer muchas obras sin un amor genuino hacia nuestro prójimo, sin esperar nada a cambio.
El amor que debemos sentir debe ser igual al amor que siente Jesús por las personas, el que está muy bien definido en 1° Corintios 13:4-7:
“El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; no se goza de la injusticia, más se goza de la verdad.
Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.”
Al leer estas características nos damos cuenta que esta clase de amor es posible solo si Dios nos ayuda a dejar a un lado nuestra naturaleza humana para ponerlo en práctica.
Dios quiere que tengamos dones espirituales; que tengamos una fe inconmensurable capaz de hacer milagros; que ayudemos a nuestros semejantes porque estas cosas nos hacen ser buenos cristianos, pero añadir a esto el amor verdadero nos hace cristianos perfectos a los ojos de Dios.
