En el capítulo 19 del libro de Números, se trata un tema delicado para el antiguo pueblo hebreo, cuando se entraba en contacto con un muerto. Quien tocase un cadáver humano voluntariamente o accidentalmente, era considerado “inmundo”, lo cual lo excluía de las actividades de la congregación y de participar del culto a Dios en el tabernáculo.

Para poder limpiarse, debían usar la denominada “agua de la purificación”, que consistía en una mezcla de agua limpia y de “ceniza del sacrificio”. Esta última era producto de quemar una vaca ofrendada y dedicada a Dios, a la cual se adicionaba un trozo de madera de cedro, un poco de hisopo y un paño grana.

Cada vez que un hebreo entraba en contacto con un muerto, se lavaba con esta mezcla y era limpio, sino se lavaba con esta “agua de la purificación”, continuaba siendo inmundo.

Desde hace unos días atrás hemos abordado en los sermones del domingo la temática de ver al hombre y la mujer, fallando en su relación con Dios. Vimos a hombres apartados o seleccionados por Dios para su servicio, como Moisés o Saul, los cuales, en algún momento fallaron a su misión y sufrieron las consecuencias en su vida.

Al mirar al pueblo hebreo salir de Egipto, lo vemos rodeado de la misericordia y protección de Dios, no solo en el plano espiritual, sino también en el material. Los provee de protección de sus enemigos, los socorre en forma milagrosa en sus momentos de mayor apremio, les provee pan diariamente con mana celestial y desde la roca hace manar milagrosamente aguas frescas para ellos; pero la escritura dice referente a su relación con ellos: “pero de la mayoría de ellos no se agradó Dios”.

Al preguntarnos porque pasa esto, de que a pesar de disfrutar del amor y ¿compasión de Dios , no somos capaces de agradarle. Entonces vimos como el hombre esta lleno de vanidad, lujuria, murmuración, malos deseos, vicios que dañan su cuerpo. Todas estas cosas afectan la relación del hombre con Dios y el apóstol Pablo resume magistralmente la situación, con la expresión “miserable de mí, ¿Quién me librara de este cuerpo de muerte?.

El creyente esta lleno de buenas intenciones para con Dios, anhela servirle y serle fiel, mostrar claramente su gratitud, pero diariamente se contamina al estar en contacto con el mundo, el mundo vive sin Dios y es en ese actuar en el que debemos convivir diariamente en los colegios, trabajos y otros fuentes de contacto social.

Es como el pueblo hebreo que se contaminaba al entrar en contacto con un muerto, nosotros nos contaminamos al entrar en contacto con el mundo y sus redes. La televisión, las malas juntas, la pornografía, el erotismo en el cine y la tv y ahora con el plan diabólico ce la ideología de genero , mediante lo cual, nuestros niños estarán expuestos a imágenes e ideas reñidas con la moral cristiana. Todo esto contamina al creyente y si no se descontamina, se transforma en un inmundo más en este mundo, con su corazón lleno de envidia, orgullo, hipocresía, murmuración, adulterio, robo, engaño.

¿Cómo podemos descontaminarnos?,¿hay hoy en día una agua de purificación eficaz para el creyente?.La Biblia tiene los elementos y componentes necesarios para purificarnos en el día a día tal como lo hacía la antigua agua de purificación.

Las escrituras dicen que las enseñanzas de Jesús son agua que salta orara vida eterna (San Juan 4). Son esas enseñanzas y las de ellas derivadas las que conforman el agua limpia que confirma el agua de la purificación.

La antigua agua de purificación contenía como elemento principal un sacrificio de sangre ofrendado y dedicado a Dios. El tema central de la Biblia es Jesucristo, el cordero santo de Dios, que se entregó a sí mismo como el único y excelente sacrifico expiatorio por toda la humanidad.

. La antigua agua de purificación contenía también madera de cedro. Cedro un árbol de tronco grueso alto y robusto además incorruptible. La Biblia que leemos diariamente también tiene ese cedro sonde puedes aferrarte en los momentos difíciles y complejos, puedes confiar que si te aferras a esta Palabra no serás removido y por gigante que sea el problema no lograra ahogarte, el cedro es mas alto y fuerte.

La antigua agua contenía un trozo de paño grana, similar al que colgó Rahab en su ventana para ser protegida de la destrucción en la toma de Jericó, así es la escritura, si tui diariamente te cobijas bajo ella y sus enseñanzas, estarás protegido de la destrucción moral que se cierne sobre la sociedad.

Por último el agua de purificación tenia hisopo. El hisopo toma su lugar en las escrituras cuando el pueblo va a salir de Egipto y Moisés advierte al pueblo que debe degollar un cordero cada familia y tomar su sangre en un lebrillo. Luego con ayuda de un manojo de hisopo, debía colocarla en el lugar preciso, es decir, en el marco y los postes de la puerta, solo si la sangre gracias al hisopo está en su lugar la muerte no tocara a los que ahí se refugian. Si leemos la Biblia , tengamos la certeza que ella ira justo donde mas la necesitamos, su palabras consolaran al corazón angustiado, al que sufre dolor, frustración. Los corazones quebrantados por penas profundas recibirán alivio y sanidad. Las tinieblas de la duda serán reprendías por la luz de la Palabra de Dios, Vidas desorientadas y sin rumbo, serán encauzadas por el camino correcto, que es la sombra de la cruz redentora.

Que reconfortante y bueno es saber que hoy contamos con la Biblia, ella es el agua de purificación, ella es espíritu y vida. Leámosla con devoción y reflexión espiritual diariamente , aunque sea en pequeñas porciones, para que así nuestros corazones y almas sean descontaminadas del diario vivir. Al leerla nuestro espíritu que salió de Dios y anhela lo de Dios hallara en ella refugio, consuelo ayuda y paz.

Un abrazo y bendiciones.

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